Bachata torpe

Te conocí
con música de fondo
y sin palabras entre medias.

Te reconocí
meses después
por caprichos del destino
que hizo por encontrarnos.
Vencí al silencio tímido
y acabamos en el mismo compás.

En una bachata torpe que,
tiempo después,
te pediría que te acercaras más
me perdí.
Y no hablo
solamente del baile.

Ahora el invierno me gusta más
porque me recuerda
que el calor también puede venir
de una mirada sostenida,
de un paso dado a tiempo.

Ahora, cuando bailamos,
ya no hay primeros pasos que me pesen,
ya no me hace falta correr,
porque a tu lado
cada canción parece durar lo justo,
cada nota me hace sentir en casa,
cada giro me lleva a ti.

Y, aunque siempre sentimos
que nuestra canción favorita
dura demasiado poco,
yo escucho la mía
sin querer que se acabe;
con cada nota,
con cada suspiro,
con cada verso,
con cada latido.

Ojalá una canción eterna junto a ti.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *