Una lastima
que se haya vuelto
arriesgado el querer
así que, amor,
si me vas a querer mal
mejor no me quieras.
Tú, cuervo negro
que yo creí paloma
que como abeja
de toda flor se aprovecha
viniste y te lo llevaste todo,
dejándome apagada,
inerte.
No se en que momento
me di cuenta
de no alimentaba mi propia llama,
solo aviva la suya
Disparate
y acertaste.
Tuviste tu premio
Me dabas guerras
y yo ansiaba la paz…
Ahora en la noche
al fin hay silencio
alzo la voz,
ya no me callo.