Irrumpía,
se adueñaba de miradas,
de protagonismo,
llegaba.
Saltaban chispas,
luego llamas
y todo se prendía.
Irrumpía,
exenta de responsabilidades,
tan ella
tan suya,
llegaba.
Detenía el mundo
pero a la vez
todo partía de ella,
paraba el tiempo,
pero marcaba el compás.
Irrumpía,
tan guerrera
pero dando tanta vida,
llegaba,
y todo cobraba sentido.